Mi primera chupada

Voy a contarles cómo fue mi primera fellatio. Mamada, pompino, pete o como quieran llamarle. La primera vez sexual entiendo que es la masturbación, por lo que esta fue la primera vez con un pene y con eyaculación. Capaz que otras personas también quieran contarlo: para eso envíenme su historia y yo la publicaré aquí en este blog. Ahora vamos con mi historia.


Cuando era adolescente me iba de vacaciones de verano a la casa quinta de una amiga durante el mes de diciembre. Nos conocíamos desde chiquitas ya que íbamos juntas al jardín de infantes y vivíamos cerca. Cuando teníamos 15 años sucedió lo que voy a contarles. Y antes digo que no es algo recomendable. Lo mejor es llegar con madurez mental a las experiencias sexuales.

Salimos un viernes a la tarde para quedarnos 10 días en su casa quinta, en las afueras del área metropolitana de Buenos Aires. Éramos nosotras dos y sus padres. Yo me había dado cuenta que su papá era muy lindo físicamente. En esa época de la pubertad es difícil no mezclar emociones. Fue así que me sentí atraída hacia él.



La casa tenía dos cuartos grandes en la plata baja y los ocupábamos de la siguiente manera: en uno dormían sus padres y en el otro dormíamos nosotras. En la madrugada del viernes para el sábado me desperté, fui al baño y al regresar me confundí de habitación. Entré al cuarto de los padres de mi amiga y, pensando que era el nuestro, al meterme en la cama me sorprendí por "chocar" con el papá. Él tenía un sueño profundo y lo único que hizo fue balbucear algo y girar hacia el otro lado de la cama. La mamá ni se inmutó.

Yo me avergoncé un poco y me fui rápido hacia mi cama. Al día siguiente no conté nada y ninguno de los padres dijo algo al respecto del incidente. Yo me quedé pensando en lo que había sentido: un hombre, el cuerpo de un hombre adulto, firme, fuerte, contra mí. A la noche siguiente tuve que masturbarme. Y por dos noches los escuché mientras mantenían relaciones sexuales.

Sabía que se acaba la semana y podía perder la chance de probar por primera vez un pene. No sabía cómo ni tenía a quién preguntarle. Por lo que decidí arriesgarme en la última noche: iba a esperar hasta la madrugada para entrar en la habitación y tocar el pene del papá de mi amiga. Y así lo hice: fui sigilosamente hasta su lado de la cama y me arrodillé por si la madre podía verme al girar su cara. Era una noche muy calurosa y él dormía sólo con un boxer. Primero dudé, no sabía si bajarle el boxer o hacer otra cosa. Tuve unos intentos con mis dedos pero ante pequeños movimientos del hombre me quedaba quieta y volvía al punto de inicio.

Finalmente opté por levantar el boxer y tocar el pene por debajo. Comencé a rozar la puntita con mis dedos y él hizo como un gemidito que me dió más valor. Comencé a masturbar muy suave su tronco y a sentir que cambiaba de suave a duro mientras se agrandaba. No sabía cómo seguir. Estaba muy excitada, con el corazón bombeando muy fuerte en mi pecho y con su pene caliente en mi mano. Sentí que él decía algo:

- "Chupala mi amor".

Donde escribí "mi amor" en realidad dijo el nombre de su esposa. Yo obedecí, no tuve tiempo para pensar nada, actué mecánicamente. Primero sentí su enorme cabeza caliente en mis labios, resecos por los nervios, y le empecé a dar chupaditas cortas, donde sólo entraba la cabeza en mi boca, ya con una buena cantidad de saliva. Escuché que decía:

- "Cométela toda mi amor, como vos sabés".

Tenía que metérmela toda en la boca. Lo hice rápido y casi me atraganto pero tenía evitar hacer mucho ruido y despertar a la esposa. Chupaba metiéndome más el tronco pero no hasta la garganta profunda. Sentía su pene grande, duro y caliente adentro de mi boca, con muchísima saliva chorréandome y comencé a masturbarme, ya no me podía aguantar. No escuché muy bien pero creo que dijo algo así como:

- "Cómo estás chupandome la pija hoy... parece que querés la lechita"

Yo estaba extasiada: chupaba el pene deliciosamente y me masturbaba mientras chorreaba desde mi boca y desde mi entrepierna. No sé cuánto tiempo estuve así pero de pronto sentí un líquido espeso y caliente en mi boca, la mano del padre sujetándome la nuca y él diciendo:

- "Tomá la leche mi amor, tomala toda... así... así..."

Cuando me soltó yo salí rápido hacia el baño. Entré pero no encendí la luz, me quedé escuchando detrás de la puerta. Mi corazón galopaba desenfrenado porque no quería que me descubrieran, porque quería saber qué tenía en la boca y porque me había gustado muchísimo chupar un pene. Después de un largo rato encendí la luz y abrí la boca: la mayor cantidad de semen me la había tragado y sólo sentía pegajoso lo que me había chorreado por la cara y el cuello. Me lavé los dientes, la cara y el cuerpo antes de irme a dormir.

Al otro día nadie dijo nada pero yo estaba muy avergonzada y prácticamente no hablé en todo el día ni en el trayecto de vuelta a mi casa.

Espero que les haya gustado cómo les conté mi primera chupada y que me sigan leyendo. Tengo muchas más historias para compartir con ustedes!

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